¿Qué es una herida quirúrgica?
En todo paciente sometido a intervención quirúrgica, existe el riesgo de desarrollar infección de la herida o dehiscencia (separación postoperatoria de la incisión), lo que genera un retardo en la cicatrización y pone en riesgo la salud del paciente. Este riesgo es más común en pacientes sometidos a cirugías abdominales o traumáticas.
Los signos y síntomas que nos indican que la herida podría estar infectada son:
- Aumento de la temperatura en la zona de la herida.
- Dolor constante e intenso.
- Enrojecimiento.
- Endurecimiento o aumento de volumen en la zona.
- Salida de líquido turbio y/o maloliente.
- Malestar general y fiebre.
¿Qué es una infección?
Es la proliferación excesiva de una o más bacterias en un tejido. Estas bacterias pueden ser agresivas para la salud del paciente, lo que genera una respuesta inflamatoria como mecanismo de protección del cuerpo.
Para que se genere una infección en el sitio de la cirugía o herida quirúrgica, influyen ciertos factores, como las condiciones del quirófano, alteraciones en el medio ambiente del paciente, el tipo de cirugía en sí y los agentes patógenos involucrados en la enfermedad que se está tratando.
Existen factores que predisponen a estas infecciones, tales como: diabetes, hipertensión, edad avanzada, tabaquismo, consumo de alcohol, obesidad o malnutrición, y uso de esteroides, por mencionar solo algunos.
Se considera que una infección de herida quirúrgica es aquella que se presenta dentro de los primeros 30 días posteriores a la cirugía, o dentro de los primeros 90 días si se implantó alguna prótesis (como mallas).
Las cirugías gastrointestinales se encuentran entre las principales causas de infección de la herida quirúrgica. Ante estos datos o ante cualquier duda, es fundamental acudir de inmediato a un profesional de la salud especializado en el manejo de infecciones quirúrgicas.
Les brindamos una valoración integral y orientación personalizada, a través de un equipo multidisciplinario de especialistas. De esta manera, podemos diseñar un plan de tratamiento adaptado a las necesidades específicas de cada paciente.