
Pie diabético
La diabetes es una enfermedad que afecta a un gran número de personas a nivel nacional e internacional. El pie diabético es una de las complicaciones más frecuentes, producto de un mal control de la enfermedad y que genera una disminución significativa en la calidad de vida.
La Organización Mundial de la Salud define el pie diabético como cualquier ulceración, infección y destrucción de tejidos blandos y profundos de las extremidades inferiores, asociada a diversos grados de enfermedad vascular periférica. Asimismo, engloba una serie de complicaciones crónicas graves de la diabetes mellitus, como alteraciones de la sensibilidad y dificultades para la movilidad en las extremidades.

Todas estas alteraciones pueden conducir a la ulceración en la piel, la cual puede progresar a gangrena y requerir hospitalización y amputación, generando cambios permanentes en el estilo de vida del paciente.
Los principales factores causantes de las úlceras del pie diabético son las alteraciones nerviosas en las extremidades y la deficiencia del aporte sanguíneo,Esta última genera falta de oxígeno a los tejidos y puede derivar en la formación de trombos y necrosis.
Para que se generen úlceras, el paciente debe presentar un aumento de las presiones plantares, traumatismos inadvertidos debido a la insensibilidad al dolor y al calor.
Diagnóstico
Entre los síntomas más frecuentes, los pacientes se quejan de ardor, dolor, fatiga en un grupo muscular de la extremidad, pérdida de la sensibilidad en los pies, dolor nocturno, disminución del grosor y palidez de la piel, entumecimiento, entre otros.
El diagnóstico requiere una evaluación completa del paciente, considerando los síntomas y signos de la extremidad, y una serie de estudios complementarios como cultivos de la herida y estudios de imagen, destacando el ultrasonido para valorar la permeabilidad de los vasos periféricos y la profundidad de la afectación, que en casos graves puede comprometer hasta el hueso (osteomielitis).
Para determinar la cronicidad y gravedad de las lesiones, se utilizan diversas clasificaciones, entre las más comunes se encuentran la escala de Wagner y la escala de la Universidad de Texas.
A continuación, explicaremos la escala de Wagner, la cual se divide en 6 grados:

Grado 0:
Suele presentar callosidades, grietas y
deformaciones óseas, lo que puede
conducir a la formación de úlceras.

Grado 1:
Son úlceras de la piel superficiales
que no presentan infección.

Grado 2:
Úlceras profundas que comprometen tejido
graso, tendones y ligamentos, regularmente
asociadas a infección.

Grado 3:
Es una úlcera profunda con celulitis,
infección severa y formación de abscesos,
frecuentemente asociada a osteomielitis.

Grado 4:
Es una gangrena que afecta una parte del
pie, como los dedos, el talón o el antepié.

Grado 5:
Gangrena extensa que afecta la totalidad del pie.
Diagnóstico
El manejo es multidisciplinario e implica la educación del paciente para mantener la enfermedad controlada. Las lesiones se tratarán con desbridamiento, alivio de la presión, drenaje, manejo del dolor, colocación de apósitos y, si es necesario, el uso de antibióticos.